La noche de los muertos vivientes. George A. Romero-Reseña Cine.

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La noche de los muertos vivientes, es un título fundamental para entender la evolución del cine fantástico de terror gótico.
Título fundamental para entender la evolución del cine fantástico de terror gótico hacia un modelo que se sigue practicando, con todas las matizaciones que se quiera, hoy día, La noche de los muertos vivientes ha sido analizada hasta la extenuación por infinidad de críticos e historiadores, quienes han rastreado la exégesis de su éxito, su influencia en el ámbito cinematográfico y el alcance sociológico de la propuesta.
La noche de los muertos vivientes (Night of the Living Dead, George A. Romero, 1968). Con Judith O’Dea, Duane Jones, Marilyn Eastman, Karl Hardman, Judith Ridley, Keith Wayne…
La noche de los muertos vivientes fue estrenada el 1 de octubre de 1968. Dado que la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos fue creada después, la cinta no fue clasificada por edades.

Porque lo importante del cine «gore» («la mutilación como mensaje«) reside en su capacidad de trastocar los estilemas de la narrativa, llamémosla, «clásica«, de la elegante estilización del terror gótico, provocando un revulsivo que subvierte la corriente por la vía de la sobreexposición, poniendo al descubierto de manera frontal lo que antes se sugería con ambigüedad: las miserias de la sociedad decadente que oculta el goticismo.
Ante esta crisis de valores, desmoralizados, los hijos de esta sociedad, los nuevos cineastas contestan, se defienden rabiosa, violentamente contra la realidad que reemplaza las piezas de orfebrería por la crudeza de una caja de gusanos.

Romero, compartiendo libreto con John Russo, desarrolla una película distópica de carácter extremo donde los vivos, en permanente estado de alerta y enfrentados entre sí, se defienden de los muertos revinientes que, por instinto, forman manada para devorarles.

La idea del linchamiento racista también adquiere peso en el ultimo segmento, reforzada por la elección de un actor negro para encarar el rol principal (Duane Jones); Romero afirmaría que fue seleccionado por cuestión cualitativa, lo cual no invalida la molesta sensación que embarga al espectador cuando es abatido por un disparo en la frente al confundírsele con un muerto viviente, o dicho de otra manera, un ser humano perteneciente a una raza perseguida.
La noche de los muertos vivientes según Almar Haflidason, de la BBC, «representó un nuevo amanecer en el rodaje de las películas de terror«

En la misma sinopsis argumental apreciamos el transfondo crítico de la propuesta, vehiculado a través de boletines radiofónicos y televisivos: Un artefacto de origen gubernamental provoca que los muertos resuciten con ánimo de devorar a los vivos; se trata de seres «inocentes«, cadáveres ambulantes sin apenas raciocinio que son tiroteados, quemados o mutilados.
La humanidad devora, es devorada o termina masacrada de formas horribles: no cuesta trabajo ver reflejados los temores, las angustias del ciudadano medio con la guerra de Vietnam aún candente y una anticipacición de la crisis de los 70.
Ya hemos ofrecido varias claves para encarar sus múltiples lecturas; la riqueza de su contenido –pese a la morosidad expositiva que relativiza el alcance de algunas secuencias en interiores– es amplia. En definitiva, se efectúa un retrato nada complaciente sobre la neurótica sociedad de su tiempo, herida por conflictos internos y externos.