Magasine Général Reseña

Magasin Général-Integral 3

Isabel Novoa

 

Magasin Général es una de las mejores historias que ha dado el cómic europeo.

 

 

Magasin Général. Quebec, 1926.

Se podría decir que veo allí… todo lo que me hubiera gustado hacer… y que no hice… La estación de las hojas, el viento que las arrastra, la gente entre la que viví…

Vamos, Marie, todos se aprovechan de ti, y luego parece que no lo ves
Tienes que estar al servicio, Jacinthe… Siempre lo he hecho.

 

Magasin Général es un relato costumbrista que comienza con Félix Ducharme el dueño del único negocio del pueblo

 

Régis Loisel y Jean-Louis Tripp describen a la perfección la representación de la vida, con sus alegrías y tristezas, lo hacen a través de un trabajo fantástico. El lector va a ser capaz de reconstruir una historia repleta de vida con sede en las emociones, será capaz de crear un imaginario que reivindica la justicia social por encima de todo, con una dramaturgia pueblerina trazada para describir a nuestro antojo un anecdotario rico y curioso.

 

 

Para empezar, el título tiene su origen en un ficticio pueblo alejado de todo, en un período de entreguerras donde los escenarios se representan en la provincia canadiense de Quebec, un pueblo llamado Notre-Dame-des-Lacs.

 

Magasin Général es un fresco social en el que se revisa con sensibilidad y optimismo a una pequeña comunidad de principios de los años 20.

 

La fórmula ofrecida a cuatro manos por Loisel y Tripp guionistas y diseñadores a la vez, está llena de recursos, todos ellos muy bien llevados. Las figuras patriarcales como el dueño del almacén, el cura, o el médico del pueblo, “autoridades” de la época, encabezan este casting de vecinos que acuden a las viñetas para abastecer de recursos el papel con una línea clara muy expresiva.

 

Magasin Général supo seducir con un planteamiento que sirve como puerta de entrada a la crónica de un pueblo, una crónica que se irá reconciliando poco a poco con lo que les pasa y lo que sienten, con los profundos cambios sociales y culturales mientras los habitantes buscan su rincón en el mundo.

 

Estamos ante una literatura dibujada que encierra la poderosa capacidad de seducir con una capacidad inigualable.

Marie y Serge

La lectura visual que inicia la historia son fotos que sirven de epílogo, y el reparto que bien podría ser nominado por completo a los Oscar plantean aventuras con fuerza de difícil vaivén emocional. Los protagonistas se inician en Marie y su viaje en busca de la felicidad, Serge Brouillard, Jacinthe Tremblay la amiga de Marie, los dos hermanos leñadores con frondosas barbas, Gaëtan Payette el simplón del pueblo aficionado a la buena cocina, Rejean Beauregard el joven cura con crisis existencialista, las cuñadas Gladu asiduas al visillo o el zapatero poeta…

Todos van más allá de los arquetipos y adquieren el espesor deseado. Con su acento quebequense protagonizan una serie de historietas que engancha a lo largo de los imprevistos con soberbios claroscuros.

 

 

Es más, la obra se apoya y encuentra su propio pie en un desconocido llamado Serge, a quien se le acaba de averiar la moto y una joven viuda que regenta un almacén, la particular química es el núcleo central de esta pequeña comunidad.

Los autores retratan personajes sorprendentes que nos permiten saborear la fabulosa fábula de la felicidad prometida.

 

Seguidamente los colores de François Lapierre consigue magnificar las estaciones y el paso del tiempo con el adecuado sabor teatral que subyace en los trazos, para ello tiran de humor, demostrando un riquísimo y variado despliegue de recursos y detalles de alto alcance emocional, sin por ello caer en la nostalgia facilona. La paleta comparten un soplo de aire fresco y ternura mientras las páginas avanzan con una enorme capacidad para configurar el destino.

 

Las figuras revitalizan el detonante para que todo sucediera.

Ciertamente el proceso se complementa con giros épicos a través de toques impresionistas, poco a poco los cimientos conservadores de la comunidad se irán derrumbando para dar paso a la emancipación femenina, la libertad sexual, la llegada de la moda, el coche, las aceras y la electricidad. En resumen, una vida comunitaria intercalada en capítulos prometedores que de manera acertada, pretenden soltar los grilletes del pasado con el redescubrimiento de uno mismo a favor de la tolerancia.

 

Magasin Général
Magasin Général

 

Es posible que la obra este inspirada en el cine de Frank Capra, los autores adaptan al formato gráfico la heroica resistencia frente a la adversidad, reconciliando poco a poco la felicidad con una historia que toma su tiempo.

Magasin Général se nutre del mejor talento, de eso no cabe duda, todo fluye con naturalidad, el conjunto capta el interés de un lector que puede reconocer fácilmente el espíritu de la serie. El desarrollo lento del trasfondo busca asentar con fuerza la idea de la felicidad, desde una perspectiva propia de la moralidad y el decoro marcado por aquellos años.

Norma Editorial recoge en tres integrales los nueve álbumes que componen una obra que a mi juicio debería ser de obligada lectura, se me antoja imprescindible para cualquier adepto al género.

 

Imprescindible   ⭐ ⭐ ⭐ ⭐ ⭐ 5/5


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Autor Colaborador

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