Toom Moore, director y animador, reseña
Pedro Antonio López Bellon

 

Tomm Moore y la magia del cine de animación confiere facilidad para crear personajes de determinadas constantes. Se reconoce un gran admirador de los cómics, el folklore irlandés, la mitología y los cuentos de hadas se convierten en pilares básicos de su estructura, con un presupuesto muy pequeño y arriesgando en cada una de sus películas.

Me enfrento por primera vez, y con total desconocimiento de lo que voy a ver, a la obra del animador irlandés Tomm Moore y lo cierto es que no puedo quedar más gratamente sorprendido. Rastreo con precisión y curiosidad en mis recuerdos cinematográficos y no logro encontrar nada con lo que poder establecer una comparativa con los largometrajes de animación que acabo de contemplar y que, ciertamente, me deja con la sensación de haber disfrutado de algo nuevo. Algo distinto, seductor y lleno de matices de todo tipo.

En Ballyfermot en 1998, Moore cofundó el estudio de animación Cartoon Saloon con Paul Young y Nora Twomey. Establecieron un estudio junto al alma mater Young Irish Film Makers de Moore, pero el estudio pronto superó las instalaciones. El estudio creó la serie de televisión Skunk Fu.

 

Tomm Moore y la magia del cine de animación.
Una hermosa fábula mitológica

Kells es una animación dibujada a mano, ambientada en Irlanda.

El secreto del libro de Kells (2009) nos introduce en la vida de Brendan, un joven monje que vive recluido en una abadía en la Irlanda del siglo XI, y que ayuda en la construcción de una gigantesca muralla para detener los asaltos de los temidos “hombres del norte” (los vikingos). Un día, llegará a la abadía un famoso maestro que porta un libro mágico que esta inacabado. Brendan será llamado a terminar este misterioso y extraño libro. Con esta premisa asistimos a un descomunal despliegue de talento sobre la pantalla. Una exuberante potencia y creatividad visual se adueña de la pantalla y secuestra nuestra atención inexorablemente.

Tomm Moore y la magia del cine de animación se disfruta desde el diseño de personajes y escenarios, fantásticos e imaginativo, los tonos de la trama son únicos.

La llamativa, atrayente y espectacular gama cromática utilizada en las imágenes de El secreto del libro de Kells es sencillamente impresionante. Los trazos, subyugantes, hipnóticos, revestidos de formas caprichosas, dan vida a cada rincón del plano, constituyendo un barroquismo elegante, agradable y atrayente. Pura orfebrería animada. Y así se sucede prácticamente con cada plano, conformando un interés creciente por estas formidables imágenes y, convirtiendo este hito de la animación, en una película del género de “no puedes apartar la mirada de la pantalla”.

 

Tomm Moore y la magia del cine de animación.
Tomm Moore y la magia del cine de animación.

 

He de reconocer que, el desarrollo de la trama, la historia que nos presenta, me atrae mucho menos. No logro conectar con ella emocionalmente, a pesar de presentarnos varios elementos de interés: la defensa de la educación y la cultura frente a la barbarie o una llamada a la búsqueda de nosotros mismos, a encontrarnos con nuestro interior y ser ambiciosos en la consecución de nuestros sueños. Todos tenemos sueños. Y en no pocas ocasiones, nos cuesta demasiado luchar por ellos… Apoyado en el folclore irlandés, Toom Moore codirige junto a Nora Twomey su primera película, regalándonos una indiscutible orgia visual, perfecta para todos los públicos, de una creatividad desbordante y con sorprendentes hallazgos visuales que convierten su visión en una placentera y me atrevería a decir, inédita experiencia.

Tomm Moore y la magia del cine de animación.

Tomm Moore y la magia del cine de animación estructura una mezcla vibrante de emociones, obtuvo gran éxito crítico.

En La canción del mar (2014), Tomm Moore confirma que la excelencia del que fue su primer largometraje animado, no era algo casual. Aquí dirige en solitario y vuelve a contarnos un maravilloso e imaginativo cuento con un guion basado en una historia suya. Ben y Saoirse son dos niños que han perdido a su madre. Ambos son enviados a vivir con su abuela a la ciudad, pero este será un viaje muy especial que cambiará sus vidas para siempre. Las imágenes de La canción del mar están dotadas de una belleza singular, de una embriagadora personalidad.

Siguen la estela de la altísima calidad y el irresistible encanto de las ilustraciones concebidas para El secreto del libro de Kells.

Tomm Moore y la magia del cine de animación, nos encontramos ante una fábula mucho más espiritual, mucho más compleja, llena de aristas y de significados que redondean y complementan en gran medida lo que se quiere transmitir al asombrado espectador. Moore construye su universo particular. Un universo pletórico de sensibilidad. Rebosante de un estilismo inédito, irresistible e imperecedero. Sigue recurriendo a la cultura y el folclore irlandés. Son múltiples las referencias a ello. Como el protagonismo que aquí adquieren las Selkies, esas criaturas mitológicas con apariencia de focas y el don de transformarse en mujeres u hombres de gran belleza.

Tomm Moore y la magia del cine de animación.

Ben y Saoirse, junto a su padre, experimentan una maravillosa aventura. Pero una aventura interior. Un proceso de aceptación de algo tan inevitable en nuestras trayectorias vitales, como son las perdidas. Del tipo que sean. Y con todos estos elementos, el genial director irlandés sí que consigue emocionarme. Y de qué manera ¡¡¡ Obligado es referirse a el compositor francés Bruno Coulais, que ofrece una partitura especialmente bella e inspirada. La canción del mar es una narración pensada sobre todo para los adultos, pero que los más pequeños disfrutarán gracias a sus preciosas imágenes, a pesar de que no consigan entender el mensaje tan positivo y conciliador con nosotros mismos que Toom Moore nos lanza en esta obra maestra del cine de animación.

 

El material tiene la calidad necesaria y un sorprendente espectáculo visual enmarcando un núcleo narrativo con total fidelidad al género.

 

 

Tomm Moore y la magia del cine de animación.

Sinceramente, vuelvo a repetir, estoy realmente asombrado por el descubrimiento de estos títulos que nos obligan a repensar la importancia que damos al cine de animación los que nos consideramos amantes del séptimo arte. Y también reconozco que me cuesta encontrar las palabras adecuadas con las que intentar transmitir las sensaciones que he experimentado mientras contemplaba estas dos bellas e hipnóticas películas.

La cuestión es que me siento como un niño con su juguete nuevo. Retrotraido a mi lejana infancia. Y repleto de una ilusión inocente que, a estas alturas de mi película, hay pocas cosas que me la puedan proporcionar. Hay una última consideración que no quiero dejar de mencionar, y es el hecho de que estamos hablando de un cine de animación hecho a mano, de la manera tradicional y alejado de la animación digital, lo que le aporta aun mayor mérito, y lo convierte en todo un referente en el campo de la animación.

 

 

Apreciado lector, si eres aficionado al dibujo animado, te aseguro que no puedes perderte estos dos títulos que hoy te recomiendo encarecidamente. Y si no te gusta, la visión de los mismos probablemente te haga cambiar de idea.

 


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Autor Colaborador

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