Buddy Longway de Derib – Reseña Cómic

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La serie Buddy Longway evidencia un himno a la naturaleza, una intersección entre la aventura y la sensibilidad. Todo ello envuelto por una excelente narración visual de crónica cotidiana y sencilla.
Bajo una técnica activista por la naturaleza y su belleza, Claude recopiló relatos preocupado de dotar de contenido moral el lápiz, construyendo un perfil de esquema clásico en perfecta comunión con su etiquetado artístico, con una habilidad especial para todo tipo de aventuras. Derid, (autor también de Yakari) y seudónimo de Claude de Ribaupierre nació el 8 de agosto de 1944 en Suiza, descubre el arte del cómic como alumno de Pierre Culliford, Peyo, destacado la ferviente admiración por Jijé y Giraud. Trabajó con Franquin y con Jijé en Jerry Spring, pero lo lleva más allá conocer a Greg, fue determinante para hacer realidad sus sueños del lejano oeste.
La idea de contar la vida de un trampero no podían venir en un envoltorio mejor, la revista «Tintín«. Buddy se iniciaba a pleno galope imponiendo unos mecanismos gráficos muy influenciados por el cine, «creando» una nueva forma de narrar las cosas. Con una escuela donde los dibujos se superponen encima del paisaje, muy a menudo protagonistas de una viñeta vacia de diálogos. Era casi inevitable asociar en aquel momento los recursos narrativos y al personaje protagonista, con la película titulada Jeremiah Johnson dirigida por Sidney Pollack y protagonizada por Robert Redford.
Una escapada a las asilvestradas montañas de un trampero de “pelo amarillo”, como le llamaban los indios a Buddy, desencadenará una mezcla de literatura de aventuras.
Así es como a lo largo de los años Buddy y Chinook se muestran pioneros en hacer, que el peso narrativo de cada relato sea un episodio de sus vidas. Poco a poco, la historia misma se vehicula de cotidianidad. Buddy es una historia totalmente realista con fuerza y belleza propia. Enmarcado en un western que refulge y se renueva con cada estación, como si de una historia personal se tratara, imbuida constantemente de humanidad y poesía.
El agudo lápiz de Derib forma bellísimas tablas pictóricas de suntuosos paisajes y diversas tonalidades arenosas y negros intensos. Una paleta de colores en perfecta simbiosis con la tierra y todo lo que habita en ella, en lo más profundo del bosque, alrededor del cual orbita una atmósfera «naturalista«.
Longway es una obra que cautivará a los lectores, con una clara autoría realista y afectuosa, de alegoría espiritual.

Desde el inicio, el autor suizo busca una reacción distinta a la acostumbrada con los eternos héroes de cómic. La lectura se antepone a una sintonía de dimensión fraternal, dándole a la familia la óptica perfecta entre los personajes y los lectores. Aprovechándose de la posición ventajosa de verlos nacer, crecer y morir.
Thorgal (influenciado por el estilo de Derib) también raspó el equilibrio de tono convencional con la parentela, dentro del género de la fantasía heroica, manteniendo un diario confeccionado por el hilo conductor del vínculo formado con Aaricia, una casta de valores universales que priman en la narración.
Buddy Longway está fragmentado en veinte álbumes, publicados entre 1974 y 2006; se agrupan en cinco integrales comercializados entre los años 2014 y 2018 por Ponent Mon, distinguiéndose una vez más de las demás editoriales en cuanto a la capacidad de selección.
La trama abraza un escenario de cultura y sabiduría india, uniformada de paisajes acogedores y con moraleja alrededor de una historia de género. De apariencia relativamente ligera, se cristaliza en una continua persecución de armonía aborigen. Buddy evoluciona en contacto con los indios y Chinook se volvería más estadounidense.
Siguiendo ese planteamiento, la lógica episódica se enriquecen con una vida juntos, disfrazanda de aparente simpleza y amplios espacios abiertos, una verdadera oda a la naturaleza salvaje y búsqueda de la felicidad.
El destino del dibujo es un viaje por la naturaleza y la libertad soñada, un drama que se desarrollará durante años en un estilo más realista, muy lejos de cualquier emboscada del spaghetti western.
Cada título simula una realidad cotidiana enriquecida con un gran abanico de personajes secundarios, Jeremy (hijo), Kathleen (hija), Grégor, Curly, Nuggets, Slim, Nancy, Tuerto Delgado, algunos indios como «Moving Horse» e incluso animales como “Darky“, «Little Wolf» o “Spot Moon”.
Darky el nombre del alazán de Buddy rinde homenaje al primer caballo que tuvo en la vida real, Derib siempre sintió fascinación por ellos. Los dibujos de animales son recurrentes y las composiciones sobrecargadas de caballos, era su manera de mostrar su grandeza.

En el volumen once, como guiño a Giraud lo escenifica en las viñetas, Buddy se cruza con Jimmy MacClure, personaje en la serie Blueberry. También Curly bajo la apariencia de Cosey.
En una entrevista Derib confesaba que hubo un momento que se divertían entre ellos poniendo distintos personajes de su época.
Para los Longways todos los protagonistas de esta saga alcanzan una intensidad acorde con la atmósfera de sentimentalismo, con una trama que engancha y condena al genocidio perpetrado por los blancos, una raza que no dio oportunidad a los indios. Este fue el punto de partida y el telón de fondo de la historia. Un odio y racismo que percibimos como una soga por parte de los colonos en torno a los indios, conflictos de fondo transportados por el vehículo gráfico de gran logro narrativo en cada una de las etapas de la vida, todas ellas resueltas en la naturaleza de las Montañas Rocosas.
La lectura despliega ante el lector el suspense del tiempo, parece ir lento, como la sombra serial de los cómics. Los años y la larga trayectoria adquiere continuidad y Buddy Longway envejece, como tú y como yo, que no es sino, una decisión que se justifica desde la primera aventura.

El dibujo se decantarían por una visualidad pura, representada en enormes marcos, grandes planos o páginas completas. Cosey, que será su asistente, también utilizará esta técnica en Jonathan.
Los últimos 4 volúmenes fueron todos producidos después de un largo intervalo de 15 años, de 1987 al 2002. El espíritu continuo con un ritmo magistral, se cierra el círculo poniendo fin a una saga familiar, relatada en flashback y agregando un epílogo conmovedor en una fauna y flora de increíble vitalidad.
El nombre de Buddy tiene un significado muy claro, significa AMIGO… El apellido Longway simboliza el camino que hay por delante. Claude de Ribaupierre, Derib quería un nombre coherente para un título que le dio un lugar entre los grandes nombres del cómic francés.

Contar historias que se basan en la emoción, son un claro ejemplo de maestría y, puedo deciros que con esta serie se condensaron todo un abanico de reacciones situando a Buddy Longway en un puesto de honor en mi biblioteca del noveno arte.
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