Portada de Joker

Josep Ferran Valls

La calidad interpretativa de Phoenix es magnífica, Todd Philips logra retratar y contar una  historia con luces y sombras, exprime la ciudad y da pie a crear una atmósfera y un universo poderoso.

 

 

Joker, reseña en Séptimo & Noveno, dirigida por Todd Phillips (2019) y protagonizada por Joaquin Phoenix.
Joker, reseña en Séptimo & Noveno, dirigida por Todd Phillips (2019) y protagonizada por Joaquin Phoenix.

 

Según nos cuenta el co-guionista y realizador de Joker, Todd Phillips, escribió el libreto con la mente puesta en el actor Joaquin Phoenix algo que se deduce fácilmente tras visionar la película, pues resulta muy difícil imaginar el personaje de este Arthur Fleck siendo encarnado por otro intérprete.

 

 

Representación el joker interpretado por Joaquin Phoenix
Representación el joker interpretado por Joaquin Phoenix

 

Phoenix tiene presencia en pantalla durante la mayor parte del metraje, lo cual no implica divismo ni una concesión o vehiculación del filme al servicio de la estrella (algo que Phoenix no es, ni en la elección de proyectos ni en su forma de encararlos) sino más bien la confianza absoluta por parte de Phillips en la capacidad del actor de la incomprendida Señales para soportar sobre sus enjutos hombros (adelgazó mucho para el rodaje) todo el peso dramático (dostoievskiano) de Joker.

 

 

 

Fleck va a caballo de lo patético y lo melodramático, haciendo parada en la alienación más desquiciante.

 

 

Como buena película descriptiva del progresivo enloquecimiento al cual aboca a su personaje principal el medio en el que se desenvuelve. Joker no tiene prisas en retratar al detalle ese viaje paulatinamente más y más desesperanzado, hasta el punto de que su neurosis aliviada por la comicidad (la canción «Smile» de Chaplin, el show de Murray Franklin -De Niro- o su propio trabajo como payaso); y su refugio en las fantasías alucinatorias (amores imaginados o interacción con Franklin a través de la televisión) se vuelve irreversible. Haciendo de él un joker oscuro idolatrado por la masa de payasos que recuerdan a los seguidores del viejo Batman en el estremecedor cómic Dark Knight de Frank Miller.

 

 

Fleck padece un trastorno que le hace reir compulsivamente.

 

 

Fleck padece un trastorno que le hace reir compulsivamente en los momentos menos indicados. Lo cual provoca irritación, rechazo, incomprensión y actitudes burlescas o violentas en quienes interactúan con él. Un punto de inflexión importante para su liberación vengadora, que lo emparenta con los vigilantes que proliferaron en los años 70.

 

La patología que se le podría atribuir a Fleck serían crisis de epilepsia gelástica, trastorno infrecuente que afecta al 0.2% de la población.

 

Inevitable pensar en el cine de Charles Bronson pero también en Taxi driver, como luego veremos. Scorsese es una influencia importante para Phillips como se muestra en la secuencia del metro. Unos jóvenes empleados del magnate Thomas Wayne, figura paterna para Fleck (de quien se cree hijo por influencia de una madre loca que tuvo un affair con el desalmado mecenas). Al igual que el comediante televisivo Franklin (del cual se desengaña cuando éste se burla de su terrible monólogo cómico trufado por carcajadas involuntarias) le propinan una paliza en el vagón que comparten. La risa floja pero amarga de Fleck permite huir a la chica que asedian y los jóvenes desahogan toda su rabia y frustración sobre el payaso. Al cual patalean en el suelo, antes de ser acribillados a tiros por el clown.

 

Fotograma de una escena de Joker
Fotograma de una escena de Joker

 

Puede parecer redundante la repetición de la paliza que recibe al principio por parte de los niños de la banda callejera, pero ambas giran en torno a sí como alfa y omega, principio y fin de un desengaño que a partir de ahí irá radicalizándose. Además, el concepto de la «repetición» es un recurso asociable a la comedia; y éso, al fin y al cabo es Joker. Una comedia sarcástica con salidas musicales y la mirada puesta en El rey  de la comedia de Scorsese (que encabezaba un De Niro cuyo Rupert Pupkin puede verse ahora como pariente cercano del actual Fleck).

 

En conclusión, un filme con trasfondo de crítica social y enaltecimiento de la rebelión de los desfavorecidos y humillados. Donde no cuesta esfuerzo comparar al prepotente Thomas Wayne, candidato a la alcaldía de la corrupta Gotham y padre del futuro Batman, con el presidente Donald Trump.

 


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Autor Colaborador

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