El cineasta – Julien Frey y Nadar. Reseña
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El cineasta de Julien Frey sentencia un merecido panteón en el séptimo arte, a través de un sincero y abstracto código moral.
Un joven estudiante de cine rehabilita un nombre propio totalmente desconocido que alimenta su propia obsesión, una mezcla de séptimo y noveno arte hábilmente representado en este título, se trata de El cineasta, Julien Frey . Con una profunda humanidad, y laborioso trabajo casi de reportaje periodístico. Revela un guión magistral que ilumina el tema y lo hace fascinante. Julien Fray firma un largo trabajo documental sobre la filmografia de un cineasta olvidado Édouard Luntz, director de varios largometrajes y una docena de cortometrajes.
La historia comienza con una reunión de un joven estudiante de cine con un extraño, al que el fundador de 20th Century Fox arruinó su carrera. El Cineasta
Luntz hace un cine que libera el discurso para confrontarnos con la cruda y compleja realidad en la sombra de la sociedad.
El entusiasmo contagioso del trazo bitono de la línea clara y caricaturesca de Pep Domingo (Nadar), refleja en los dibujos unas huella de nostalgia con un tratamiento casi cinematográfico. Entrevistas viñeteadas en primeros planos, donde la emoción y el detalle reproducen el drama rodado en condiciones de brillante frescura. Jugando en los tiempos de referencia sobre un hombre y su trabajo, con la fascinante búsqueda de material imposible de encontrar por las calles de París, Washington o Río de Janeiro… Emergiendo modestamente multitud de testimonios dando todo el espacio al cineasta.
El cineasta, Julien Frey mantiene una brillante reflexión, con cierto hálito de un profundo reconocimiento.
La vida de Édouard Luntz es sorprendente, todas su obras perdidas, su filmografía es invisible debido a los derechos de autor de la 20th Century Fox con Daryl Zanuck, presidente de la multinacional. Considerado uno de los principales representantes de la edad de oro holibudiense, resurgió un gigante como Fox en bancarrota y llego a producir más de 165 películas durante su carrera, sin apenas saber leer ni escribir. Llego a ser conocido entre ciertos círculos por el apodo de el capo analfabeto… pero su adicción al trabajo y su enorme talento para rehacer películas durante el proceso de edición, le imprimió notoriedad. Debía su popularidad como productor gracias a ese sexto sentido para predecir un éxito de taquilla.
El proyecto había alcanzado un presupuesto asombroso, y Zanuck, furioso, se reservó el derecho de diseñarlo
Édouard Luntz es un cineasta que sostiene una fuerte identidad en todos sus trabajos, particularmente sensible a la estética, sin actores profesionales. Un cine de pobreza, exclusión y palpable decadencia con rostro humano y alma sensible, la verdad sobre los suburbios. Una representación emotiva pero intransigente con un estilo lírico y percusor de un cine suburbano francés con un tratamiento naturista muy particular.
Astiberri se ha convertido en una editorial que vuelve a emocionarme con otro título dentro de su colección Sillón Orejero. Una historia real dejando margen para un personaje que desborda admiración y reconocimiento.
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Autor Colaborador
