Parásitos de Bong Joon-ho – Reseña

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Parásitos

Parásitos

Josep Ferran Valls

Parásitos de Bong Joon-ho es una mirada sobre las desigualdades sociales menos combativa, sarcástica y aguda de lo que se ha pretendido.

Parásitos de Bong Joon-hoo. 2019. Con Song Kan-hoo, Lee Sun-kyun, Jo Yeo-geong, Park So-dam y Jang Hye-jin.
Parásitos de Bong Joon-hoo. 2019. Con Song Kan-hoo, Lee Sun-kyun, Jo Yeo-geong, Park So-dam y Jang Hye-jin.

 

La fama del realizador surcoreano Bong Joon-hoo se ha cimentado sobre las películas Memories of Murder (que aún no he tenido ocasión de visionar) y The Host, opus fantástico de mediocre resolución con el tema típico de la monstruosidad gigantesca hecho servir como pretexto para exponer un compendio de necedades.
A Joon-hoo suele acompañarle el prestigio alcanzado en festivales internacionales como Cannes, donde este año Parásitos se ha alzado con la Palma de Oro. A ese galardón por su filme más reciente deben añadirse los triunfos obtenidos en los últimos Óscar.

Parásitos una comedia? Es un drama?

 

Todo ello no debe influir en nuestra valoración de Parásitos. Cada película es como es independientemente de los galardones que reciba o el valor que deseemos conceder a sus obras anteriores.
Dicho lo cual, cabe preguntarse porqué un filme tan fácil como Parásitos, tan obvio en sus intenciones como mediocre en sus resultados puede contar con tan desmesurado apoyo crítico y, un poco menos, que también, de los aficionados.

Parásitos

Seguramente su adscripción a un tema de penosa actualidad como el progresivo aumento de la desigualdad entre estratos sociales, o sea, la radicalización, la polarización entre la clase pudiente y la clase baja, haya favorecido la calorosa acogida de Parásitos más que por sus propios valores intrínsecos, en verdad escasos.
Algunos han querido ver en este título una hábil radiografía sobre la coyuntura internacional desde una mirada dramática y cómica. A mi juicio, sus teóricos valores son empañados por el tono paródico que se instala en el relato a partir de, aproximadamente, su mitad. Esto es, cuando su premisa inicial -con la familia pobre introduciéndose con engaños, como empleados de «confianza», en el espacio de la rica- se agota a sí misma por incapacidad (o escaso valor de sus responsables) para avanzar, derivando hacia derroteros rebuscados -el descubrimiento de los subterráneos y su otro parasitario inquilino, más el conflicto de éste y su mujer con los nuevos empleados de la casa-.

Joon-hoo ni se asoma siquiera a la hondura de las modélicas El sirviente de Joseph Losey o Teorema de Pier Paolo Passolini. Pero tampoco llega, en la secuencia donde los avispados empleados quedan solos en la casa; y preparan una copiosa cena, a rascar la superficie de celuloide de la obra maestra de Luís Buñuel, Viridiana.
Joon-hoo ni se asoma siquiera a la hondura de las modélicas El sirviente de Joseph Losey o Teorema de Pier Paolo Passolini. Pero tampoco llega, en la secuencia donde los avispados empleados quedan solos en la casa y preparan una copiosa cena, a rascar la superficie de celuloide de la obra maestra de Luís Buñuel, Viridiana.
Parásitos avanza por su ficción de manera inverosímil -pues no se comprende que timadores tan avispados vivan en la ruina- y con brochazos gruesos de crítica social referida al clasismo y las desigualdades.
Su final posee ínfulas de trascendencia y busca alcanzar el patetismo para caer en el mayor de los ridículos.

 

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Autor Colaborador

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