Momo, Jonathan Garnier y Rony Hotin – Reseña
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Nos adentramos en una novela gráfica a través de la mirada inocente de la pequeña Momo que se encuentra en las afueras de un pueblo costero con su querida abuela. Un personaje pequeño con un gran corazón.
Momo es una niña de 5 años con una infancia complicada por diversos giros que da el devenir de la vida, incluso desde edades injustamente muy tempranas. Ella es despierta, resuelta, vivaz, intranquila, aventurera, cariñosa, un poquito chismosa y… amiga de los gatos. Algunos vecinos dirían que no tiene miedo a nada, pero no es cierto, sólo que hay determinadas cuestiones que sólo se cuentan muy de vez en cuando, y a personas muy concretas.
Este verano se encuentra en el pueblo, su pueblo costero. Con su abuela, a la que adora e incordia (desde el cariño) cada día mientras le ayuda a comprar pescado y «pelar» los guisantes, eso si sin dejar de estruja y persiguir a los gatos. Su anciana abuela intenta protegerla, vigilarla, educarla y permitirle, en una palabra, crecer.
El álbum tiene un estilo inspirado en el manga, infantil a primera vista. Te invade una atmósfera muy bonita, varias secuencias silenciosas marcaran el clima de ánimo en una niña. Risas y lágrimas, lo mejor y peor en una oda a la infancia, atravesándote un haz de luz que transpiran de los dibujos, son los suaves colores bañados por el sol. Te atrapará en una dimensión emocional generada de la inocencia y el ingenio, invitando al lector e sumergirse en los recuerdos.
Una niña observadora con una gran empatía, un pequeño saco de emociones.
El esbozo nos recuerda a las películas de Hayao Miyazaki por la belleza de sus dibujos y la elegancia de su trazo («Ponyo en el acantilado«…). Además la elección de los colores está coherentemente seleccionado: con tonos claros en los momentos alegres y oscuros en los avatares. En el se nota que el dibujo y el color corre a cargo de Rony Hotin. Formado en la Escuela de Artes Aplicadas de los Gobelins con un bagaje que va desde la creación de personajes para Disney al storyboard de «El principito» de Mark Osborne. Con Momo salta con su opera prima al mundo del cómic.
El guión es de una gran simpleza y muy bien narrado de la mano de Jonathan Garnier, un profesional del diseño gráfico y del cómic. Ya se había hecho un hueco en el diseño de videojuegos pero surgió el sueño de ir más allá y de intentar crear sus propias historias. Garnier asegura que muchos de los personajes de Momo están inspirados en personas que ha conocido.
En conclusión, Norma recomponen la fragancia inolvidable de la infancia, que se sorprende con la vida y cada nuevo día es en esencia el desarrollo de la obra. Sus mensajes pueden llegar a personas muy diferentes, todos los momentos de la infancia que se cruzan en esta historia, puede ser leída por todas las edades. Obra colorida, diversa, con un sentimiento entrañable y desde luego altamente recomendable.
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