La serpiente y la lanza – Reseña Cómic
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La serpiente y la lanza está entintado con colores de thriller azteca, una reconstrucción histórica del maestro Hub cicatrizada por una constante predisposición al dogma mezclado de aventura y misterio.
Estamos ante una obra maestra que recorre las páginas de un dibujo semi-realista, enigmático y de contexto político, generado por la dominación azteca sobre los pueblos vecinos. Bajo la pluma del autor francés, fascinado por esta civilización desde la infancia, nos encontramos con el primer volumen de una trilogía influenciada por la novela histórica de Gary Jennings.
La historia del Imperio tenochca, llamado también Triple alianza, acuna la adolescencia de Hub, transportando la imaginación del joven al corazón azteca. El diseñador tiene una mano especial para las historias y en ese recorrido extrae una multitud de pistas e ideas para no desentonar con el mundo que nos propone. Con un tono propio y singular da forma a la vida y costumbres de la América precolombina.
El primer volumen del tríptico, La serpiente y la lanza nos proyecta hacia el imperio azteca del año Tochtli antes de su conquista.
Humbert Chabuel (1969) – Hub nació en Annecy y se educó en Lyon. Después de un breve período en la escuela de arte, se traslada a París para trabajar con Luc Besson en proyectos cinematográficos como ‘El quinto elemento‘. El autor francés trabajó con Moebius y Mézières, expandiendo su ingenio a la publicidad, videojuegos y televisión.
Los destinos por los que viajó lo llevó a crear ‘Okko‘, su primera serie de cómics de gran éxito, Hub se inspira en maestros del cómic como Hergé, Miyazaki o Michetz demostrando recoger el testigo del noveno arte con oficio.
El autor sienta las bases y se sumerge en las costumbres aztecas aportando mucha profundidad a sus protagonistas.
A las afueras de Tencochtitlán, han aparecido las momias de unas muchachas asesinadas de forma salvajes y el encargado de encontrar a los culpables es un funcionario despiadado llamado Serpiente…
Nos encontramos con unos terribles años de hambruna y sequía, por aquella época, en 1454, es decir, unos cincuenta años antes de la llegada de Cortés y los conquistadores españoles en 1519. Se multiplicaban los sacrificios humanos para apaciguar la cólera de los dioses. Desde lo alto de los templos se derramaba la preciosa agua de vida… pero el cielo permanecía mudo a las plegarias. Ni las nubes parecían dispuestas a llorar…
Bajo un preludio muy misterioso y sin escatimar detalles, Hub logra darle densidad a la historia con alguna página completa y grandes viñetas de manifiesta estrategia. Asistimos a las costumbres de un pueblo que gira alrededor de la muerte representada por una expresión de terror, una tez pálida pintada de cal, un rostro demacrado, dientes rotos y la cuencas de los ojos vacias. Acurrucada sobre sí misma, con los pies y los puños atados con una mazorca de maíz en la mano.
Promete mucho ¿verdad? Pues imagina una propuesta con estética enérgica y con mucha personalidad, sin ninguna duda, estamos ante una prometedora secuela…
La serpiente y la lanza es una incesante continuidad de aventuras, Hub cautiva a los lectores, cuatro años después de poner fin a la saga japonesa Okko.
Poco a poco irán formando un mundo donde tiene morada la creación de sus protagonistas, personajes con una rivalidad inigualable exhiben las fisuras de los ritos sagrados de una orden religiosa sacándonos de las páginas el ambiente de Tenochtitlan para vivirlo nosotros mismos. Sus ricos palacios concilian el dibujo con diferentes tugurios y el colorido mercado de Tlatelolco.
La imaginación y la cultura maya son las que llevan el peso del cómic hilvanando los numerosos disfraces, todos diferentes, y permitiendo al autor caracterizar los diferentes personajes. Abrirá las puertas a detallados adornos y originales peinados del Imperio Azteca. Los numerosos tatuajes en el cuerpo de Long-Jambes lo hacen parecer un guepardo y Tchitchica un personaje aún más singular, representado por grifos mayas.
Apreciaremos en el soberbio tocado de Coaztl un medio de expresión y, reconoceremos el diseño de Hub que se presta con facilidad a la viñeta abierta, dominando la sensación de espacio infinito, con los primeros planos para unir a todos los personajes en una lectura que va desvelando secretos. Los colores de Li ofrecen una paleta bien resuelta, cocinada con tonos brillantes y oscuros, acentuando la dimensión y realzando la atmósfera.
El formato Cartoné de Yermo Ediciones propone un acertado tamaño de 22,3×31,2 cm y una excelente calidad de papel en 184 páginas. Un título que agranda los límites del género y proyecta un buen augurio para una obra muy ambiciosa.
Hub da forma a una historia coherente y cautivadora en un mundo sembrado de obstáculos, con una parte introductoria que en general sólo sienta las bases de suficiente misterio como para mantenernos pegados a sus páginas, mientras esperamos la continuidad… Parece que todavía queda mucho y muy bueno por contar.
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Autor Colaborador
