Chick Bill, Tibet. Integrales – Reseña Cómic
Un universo único del oeste más cándido y divertido en la historia del cómic. Ademas es la obra mas importante, y mejor, de su autor, el historietista galo TIBET.

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Chick Bill es una serie de corte aventurero, ambientada en el oeste americano, con grandes dosis de humor.
Las aventuras de un tierno y joven vaquero siempre acompañado de unos personajes secundarios con enorme peso en el desarrollo de la serie.Un joven indio apache llamado Pequeño Caniche, el malhumorado pero entrañable sheriff Dog Bull y su torpe ayudante Kid Ordinn, siempre presentes y enriqueciendo la serie.

Su llegada a España se produjo a través de la revista Zipi y Zape Especial como una caricaturas del oeste. Muy fiel al espíritu bondadoso de los personajes, con un dibujo expresivo y muy marcado, lleno de juegos de palabras e historias fantásticas y alocadas.
El conflicto constante entre el inepto Kid y su superior Dog en la ciudad de Wood City proporcionó a Tibet una fuente constante de inspiración. Aunque la riqueza de todos los secundarios y la inclusión de tramas, aventuras y acción la convirtieron en una serie amena y variada.

Nacidos para las viñetas en 1953 y dirigidos a un público juvenil, en la Revista Junior, editada Editions du Lumbard, los personajes de la serie fueron originalmente representados como animales antropomorfizados. Una decisión influida por el éxito que los personajes factoría Disney.
El protagonista indiscutible, Chick se asemejaba a un un joven león, –hay quienes aseguran que mas bien a un perro con unas orejas raras-, Little Poodle (Pequeño Caniche en nuestro país) era un perro, Dog Bull, el Sheriff de Wood City tenia el aspecto de un enorme toro de gran papada y Kid Ordinn, su ayudante, era un cerdo que prefería comer y descansar antes que actuar.
Inicialmente dirigido al público infantil.
Las primeras aventuras de Chick Bill tenían un aura muy especial, precisamente porque Tíbet –pseudonimo del historietista galo Gilbert Gascard– había logrado dar en el clavo sobre qué animal representaría a cada personaje. Estos evolucionaron gradualmente aguijoneados por el impulso e influencia de Hergé, perdiendo de manera progresiva sus rasgos animales cuando la serie empezó a publicarse en la revista Le Journal de Tintin. Hergé. quien ejercía como director artístico de la revista, impuso su criterio en una decisión que, con el tiempo, se demostraría acertada. De otro modo ese aura de realismo que consiguió la serie hubiera sido imposible.
Se perdió la frescura original del dibujo de Tibet y se homogeneizo hacia la llamada «Linea Clara» que imperaba en el BD de aquel entonces. El autor supo adoptar este estilo llevándoselo a su terreno y huyendo de las decenas de dibujantes que eran «clones» de Hergé, aportando su propio genio. Siempre en un injusto segundo plano, Chick Bill pervivió durante seis décadas sacando un álbum detrás de otro hasta la impresionante cantidad de casi setenta entregas. Una pervivencia desde 1952 hasta la muerte del autor en 2010, año en que se editó «Qui veut gagner des filons?», última aventura del personaje.

A lo largo de seis décadas Tibet conservó los mismos nombres para sus personajes, desde su nacimiento en revistas serializadas en 1955, hasta la evolución a álbum. Pero todo lo demás evolucionó y mejoró hasta cotas elevadísimas, tanto en lapices como en historia. Tibet, firmó de manera original los diez primeros álbumes en solitario ejerciendo como guionista y dibujante. Posteriormente recurriría a colaboraciones en los guiones, nombres tan destacados como los guionistas A. P. Duchateau y Greg, preservando el nivel de las historietas.
Con muy buenos gags acompañados de aventuras y envejeciendo muy bien, consiguió convertir a Bill y sus amigos en los personajes mas longevos del cómic franco-belga.
Se apoyó en una inusual combinación, un homenajes a sus tres ídolos; Gary Cooper, (Chick), acompañado de Laurel y Hardy, ( Dod y Kig), esbozando unas parodias del oeste muy acertadas en una época marcada por la línea clara de Astérix o Tintin. Saliéndose del margen, sin escaparse de la página, Tibet hizo historia en el noveno arte, sin levantar el tono, pero sin que tampoco nadie pudiera callar su personalísima voz de autor.

Dolmen editorial en su línea fuera borda toma posesión de esta serie abarcando los casi 69 álbumes publicados, con la intención de racionalizarlos en integrales, cronológicamente ordenados, repletos de extras, programando una buena colección. De momento lleva cuatro tomos editados que abarcan el material entre los años 1962 y 1965, en previsión a seguir con esta hoja de ruta que nos llevara a Bill y su pandilla hacia la puesta de sol, entre risas y aventuras.
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Gus.