Cómo me puede gustar tanto el cómic? Cómo me puede gustar tanto el cine? Estas artes son la llave que encaja en la cerradura de mi universo
Isabel Novoa
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Jerry Spring de Jijé – Reseña

Jerry Spring de Jijé es una serie franco-belga caracterizada por la nobleza de su protagonista, un vaquero ejemplar que encarna como nadie el género del western.

 

Joseph Gillain (1914-1980), Jijé como así se le conocía inició la Escuela Marcinelle. Fue un autor prolífico, y uno de los más importantes pilares de la revista Spirou, magacín donde acunaría solvencia y un estilo propio denominado “estilo Atom”.  Con el tiempo su arte se sustenta e impulsaba en su propio talento dejando atrás la notable influencia de Hergé, un influjo que mostró en sus primeros trabajos.

 

Debido a la Segunda Guerra Mundial y la invasión alemana Jijé cubre los dibujos de la serie Spirou, su mente creativa esta al servicio de la imaginación abriendo caminos infinitos y en 1944 agrega Fantasio a la serie para añadir un toque de locura, contrapunto del héroe pelirrojo mantenido fiel el código natural al traje rojo de botones.  Finaliza la guerra y Jijé, patriarca del comic franco-belga, se convirtierá en el hombre para todo de la editorial. Congrega alrededor de la revista un equipo propio con Franquin, Morris y Will… y sienta las bases de una nueva generación, (al maestro le encantaba rodearse de autores y ayudar a los jóvenes talentos). Una serie de artesanos a los que sumaríamos Peyo, Jean Roba, Jean Giraud (también conocido como Moebius), Méziéres, Guy Mouminoux y un largo etc.

 

 

Jerry Spring de Jijé está establecido sobre todo en la frontera mexicana, una obra maestra de base, en equilibrio con Lucky Luke, el vaquero caricaturesco.

 

En un viaje por Estados Unidos y México (caricutarizado en un cómic de título Gringos Locos), Jijé rellena páginas y páginas de relatos, (siempre se sintió heredero de las novelas por entregas a lo Charles Dickens o Alejandro Dumas). Su ingenio insufla poco a poco un nuevo personaje, empezaría a gestar en su cabeza un personaje asentado en la America rural, (la ópera del caballo estaba circunscrita a los gustos de la época). Comienza a trabajar y traza la idea de un universo de aventura con un justiciero a lomos de su caballo alazán, un personaje llamado Jerry Spring. Jijé le otorgaría a la historia de la línea clara un vaquero de principios, valiente e inconformista de actitud independiente y honorable.

 

 

Jerry Spring y Lucky Luke coexistieron en la revista Spirou de 1954 a 1966.

 

El Western vive una explosión de títulos en el cine y la televisión, con personajes emblemáticos y argumentos que encarnan un espíritu de lucha con subtexto de aventura. El público acogía con entusiasmo la subordinación de la naturaleza y el cine, el bueno contra los villanos armados, o el sheriff contra los pistoleros, un marco convencional de ideas preconcibidas y leyes absurdas.

 

 

 

En 1954 Jijé comienza la realización de Spring, (el primer cómic adulto de la historieta belga y de gran influencia para un buen número de autores). Insertado en publicaciones periódicas, el Journal de Spirou edita las primeras viñetas del heroico vaquero, acompañado siempre de Pancho, su amigo mexicano y Ruby su caballo. Desde la primera hoja consigue dotar a Jerry Spirng de una singular personalidad, sujeta a códigos morales de comportamiento, valores universales en los que destaca y privilegia el compañerismo y la solidaridad, una constante para un héroe perfecto e impecable, ejemplificando la amistad desinteresada y la lealtad sin límites.

 

Joseph Guillain traza la rudeza del oeste con una cierta artesanía religiosa, una íntima comunión entre el hombre y la naturaleza. Las escenas de entidad propia y guion sólido, presentan de forma muy eficaz, las motivaciones de sus personajes, un eterno relato de equilibrio en la eterna lucha contra las injusticias. Llevaba las historias a su terreno, y las convertía en una sesión continua de estilo clásico. Para él, “El western, es una historia simple, elemental, como un relato de caballería: el aire libre, los caballos, los indios, la lucha por sobrevivir… Todo lo que hace soñar a los jóvenes como la aspiración por los grandes espacios o la aventura de los colonos. ¡Me gusta por las mismas razones que me hacen sentir un niño grande!

 

Al igual que John Ford o Clint Easwood, el western gráfico de Jijé es un sermón que une intriga y discurso moral.

 

 

 

Jijé se proyecta en el dúo que forman Jerry y Pancho, se pueden reconocer determinadas constantes. El idealista inflexible se opone al instinto generoso, los dos personajes encarnan la tensión entre sus aspiraciones éticas y el temperamento desenfadado y estrafalario, estableciendo la obra en los pilares básicos de la honradez como estructura. En cierto sentido rescata también la evolución popular del héroe en una civilización donde la ley se reduce a pequeños y frágiles poblados.

Generando aventuras dominadas por el buen manejo del caballo y la pistola, un pionero del noveno arte en el auge del jinete justiciero y el  gatillo rápido, con coordenadas pro-indias, ya que Jerry era un defensor de los indígenas. Buena parte de los conflictos obedecen a la defensa de sus derechos, y la de los mexicanos, encarnados en su fiel amigo Pancho. También conocerá a lo largo de los títulos a un indio noble y generoso como claro homenaje a la camadarería.

 

 

Los cánones narrativos de la serie merodeaban por la simplicidad del guión, reconociendo los valores para tratar de acercarse al fondo de las cosas.

 

 

Los primeros álbumes representaba problemas con las proporciones de los personajes, la percepción y armonía necesaria de los primeros álbumes se ajustan en el límite, el dibujo tenía unas dimensiones entre caricaturesco y realista. Era evidente que al ser una publicación de prensa marcada por el corto tiempo de las entregas, muchas veces sacrificó el espacio. Con tiempo lo corrigió y huyó de los errores.

 

La profundidad de campo representada por la elección de los ángulos y el trabajo en conjunto permanece entre el polvo y el calor del oeste. Audaz y enérgico, justo y decisivo, de rasgos ardientes y generosos, de tinte antirracista y antiviolento, Jerry Spring de Jijé se toma su tiempo, algunas viñetas coloreadas en el bitono estan profusamente detalladas, se enmarcan sin bocadillos, en silencio o tocando la guitarra, sin complejos de ningún tipo, merodeando la simplicidad para tratar de acercarse al fondo de las cosas, contundentes, bajo la atenta y serena integración de la naturaleza, una sensación perfectamente resuelta.

 

 

Jerry Spring de Jijé

 

Jijé concibió y dibujo las aventuras de Jerry Spring en tinta negra sobre papel blanco. El color no se empleó como una aportación de expresividad, se había forzado como una imposición comercial. Ponent Mon imprime en papel poroso, de fibras largas y alto gramaje, esta colección de cinco integrales en blanco y negro, la edición es impecable, al gusto del autor y para mayor deleite de los amantes del dibujo.

Integrales editados por Ponent Mon de Jerry Spring.

Jerry Spring de Jijé supuso la iconografía del género para la novela gráfica.

 

 

El estilo de Jijé se fue afirmando gradualmente para alcanzar la madurez en los años 70, con “La niña del cañón”. Los volúmenes varían ligeramente de tono pero conservan el regusto por la estructura e imaginación. La polvorienta atmósfera se resuelve algunas veces desigual, confundida a costa por los diferentes autores que participaron, Rosy, Goscinny, Lob, Gillain (hijo de Jijé), Giraud… todos ellos invitados al reencuentro y la necesidad de crear un territorio imaginario, que de alguna forma, respetaron las señas de Jijé.

 

 

 

 

 

Realizó un total de 21 álbumes atemporales de forma seriada en Spirou. El número 6, “La pista del gran norte” del año 1956 cuenta con el guión de René Goscinny. Y el número 11, “El camino a Coronado”, del año 1961 contó con los dibujos del joven Jean Giraud. (Este trabajo fue su principal influencia para la creación de su serie estrella “El Teniente Blueberry”).

 

Jerry Spring de Jijé será un verdadero precursor que anunciará Blueberry, Comanche, Durango o Buddy Longway, adquiriendo así mayor significado la profunda sombra que ejerció este título en el arenoso universo de Giraud, Blanc-Dumont, Derid o Herman.

 


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