El almanaque de mi padre de Jiro Taniguchi es una historia conmovedora sostenida en un fino trazo, una verdad revelada en el cuarto oscuro del silencio.
Yoichi todavía conserva esa sensación cálida, bañada por una luz pacífica… Una línea de precisión estética en la expresión del personaje se adueña de un tono agridulce después de quince años de ausencias. Se adivina una brecha intencionada en la trama.
Jiro Taniguchi (1947 – 2017) es considerado el autor más relevante de su generación, «el poeta del manga» es el término que mejor lo describe. Te guste o no el cómic tradicional japonés, la forma que tiene Taniguchi de narrar el interior de cada uno de los personajes, logra hacernos crear y desarrollar un mundo en el que te metes de lleno cuando comienzas su lectura. A lo largo de su pprofesión le concedieron muchos galardones, pero el legado de sus obras es la muestra más evidente del oficio de un artesano. Hoy debutamos con su prolífica obra reseñando El almanaque de mi padre, una historia… de énfasis lírico.
El almanaque de mi padre muestra que nunca se supera el dolor, cuando abrazas el miedo en soledad.
Observamos el cielo que está plomizo y sentimos el viento que es fuerte todavía, la sensación curiosamente agradable nos lleva hacia atrás en el tiempo… ¡mamá! Siempre estaba ella… El pasado sigue vigente en la vigilia, en las cosas que no dijimos o no hicimos antes de que fuera demasido tarde.
Este álbum se adentra en los sentimientos de un niño que no comprende la falta de su madre, un abandono que responsabiliza en su padre a lo largo de los años. Descubrimos el resentimiento del personaje principal, su actitud egoista y como la emoción que crece en cada dibujo de estilo claro. La verdad esta atenta al mínimo detalle esperando ser reconocida. Las tablas adquiere un ritmo contemplativo en un marco introspectivo, que revela una fotografia de dolor y arrepentimiento. Jiro Taniguchi va más alla, exponiendo en la viñeta la profundidad de los sentimientos en una historia de generaciones. El simple espacio de silencio, lo expresa de una manera excelsa, como nadie sabe hacerlo, nos prepara desde el interior.
La trama nos conduce por el camino de la memoria, y cava profundamente en la tierra de los sentimientos abonados en la familia.
El paso del tiempo atenaza el corazón mientras muestra la realidad vital de la vida. Las lagunas resueltas nos permiten comprender las dificultades de la infancia y ciertas cosas que nos cuesta asimilar. A Yoichi le resultó más fácil esquivar, escapar y encontrar siempre una buena excusa. En El almanaque de mi padre el protagonista adulto regresa a su infancia, por imposición y reconoce sus errores en los recuerdos de los demás, activa la autoconciencia y se da cuenta de que somos nosotros mismos quienes no vemos la realidad, se da cuenta de su ceguera y amargura que acometía hacia su padre.
La historia no te dejara indiferente frente a la nostalgia y la tristeza prestada en las viñetas.
Las viñetas estan dibujadas magistralmente porJiro Taniguchi como autor completo, acompañadas con bocetos precisos y armoniosos. La forma de llevar la trama te descubre a ti mismo en los recuerdos, como lo hizo Yoichi que reveló la fotografía de su padre, un hombre modesto que vivía con el único apoyo de la honradez.
Jiro Taniguchi en El almanaque de mi padre, te relata una verdad revelada.
Planeta publicó un manga íntimo de 270 páginas que nos sumergen en el Japón de los años 60 con un fondo claro de la evolución japonesa. Bordeando la melancolía y la atmósfera nostálgica que me recordó a Barrio lejano (1998), otra obra del maestro Taniguchi, donde en ambas, nos repite en susurros la importancia de la familia y la esperanza de poder cambiar las cosas.
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