Con este cómic queremos hacer un homenaje a Carlos Pacheco, dibujante patrio, genio de los lápices y con una forma narrativa única, tristemente fallecido hace algunos meses al estar enfermo de ELA.
Superman nunca se rendiría ante nada. La humanidad jamás se rendiría ante nada. Carlos Pacheco tampoco se rindió tras mucho tiempo luchando contra una enfermedad traicionera y cobarde.
Carlos fue un Superman y eso se ve reflejado en este tomo. En él, el Hombre de Acero tiene que enfrentarse a una adversidad ante la que siempre pondrá por encima de todo la realidad más luminosa contra sus enemigos. Aunque naciera en el planeta Krypton se comporta como un humano más por mucho que sus poderes lo diferencien de nosotros. Superman es Klark Kent. Esa dualidad le hace no solo tener una identidad secreta, sino que es una forma de acercarse a la persona de a pie, de sentir lo que sentimos, de hacer lo que hacemos, de vivir lo que vivimos, y eso le hace mucho más humano que muchos de nosotros. El ser más poderoso del planeta se comporta como un ser humano más y es esa cercanía lo que hace que una, otra y otra vez más Superman nos salve de todo tipo de incidentes y sucesos sin pedir nada a cambio.
Podríamos decir que Superman es el reflejo de un modélico terrícola y que para nada es un alienígena.
Por su forma de enfrentarse a los problemas y a las dificultades, sin bajar nunca los brazos y anteponiendo su vida a las nuestras, Superman es un claro ejemplo a seguir igual que lo era como persona Carlos Pacheco. En este tomo el dibujante andaluz da vida a un personaje que actúa como todas las personas deberíamos hacer. En él, el villano Arión le pedirá que se rinda ante los enemigos del planeta Tierra y todas las dificultades y se deje vencer, como un ser simple y decadente, cosa que el Hombre de Acero no ha sido ni será. Arión intentará que el Hijo de Krypton asuma que la humanidad está condenada y que antes o después algo o alguien llegará a la Tierra para destruirla. Superman considerará todas las opciones, pero nada podrá con sus principios y con lo que es en realidad, el superhéroe más grande de todos.
Superman es Superman y nadie puede cambiar eso. Ni un villano, ni toda la oscuridad que se ponga ante él.
Carlos Pacheco, Kurt Busiek y Jesús Merino nos muestran al superhéroe eterno desde un punto de vista sumamente humanizado, preocupándose por todo lo relativo a la existencia de los habitantes de un planeta que le toma como lo que es: su luchador, su salvador, quien los rescata en el último momento del borde del precipicio. Todos sabemos que en este tomo Superman hará lo correcto, siempre lo hace. Esa forma de actuar viene dada por Carlos, que nos narra con sus dibujos un Superman universal, que se preocupa por su lugar de acogida y por una Metropolis que simboliza la casa del superhumano más importante del Universo DC. Nadie puede compararse con él, igual que nadie puede compararse con Pacheco. El espíritu del maestro se muestra en este cómic de forma tan impresionante y expresiva que su Superman pasará a la Historia como uno de los mejores en cuanto a caracterización.
Carlos Pacheco, un héroe entre viñetas que nos enseñó todo su buen hacer como un verdadero Superman, perdurará para siempre en nuestros corazones.
“Carlos Pacheco: La Caída de Camelot” fue publicado en USA por la editorial DC Comics entre los años 2006 y 2008 y en España por la editorial ECC Ediciones en el mes de noviembre del año 2022.
Nº de páginas: 256.
Formato: Cartoné.
Precio: 30,50€